viernes, 18 de febrero de 2011

EL PULPO POLIFACÉTICO


EL PULPO
POLIFACÉTICO


Cuando el Señor Jesús estuvo bajo la tentación, el diablo le llevó a un alto monte y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra, y le dijo: - a Tí te será dada toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mi me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si Tú postrado me adorares, todos serán tuyos.-  Jesús rehusó y honró al Padre; por lo cual, todos los reinos del mundo vendrán a ser de Cristo de parte de Dios eternamente (Lc.4:5-8; Ap.11:15).

Pero ha habido entre los hombres, insensatos que han vendido al diablo su alma por un poco de la gloria del mundo perecedero. Han confiado en el padre de la mentira para sentarse en la cúpula del globo. Y el diablo les ha dado la gloria de los reinos del mundo.

Dios es quien pone y quita reyes, y no hay autoridad que no venga de Su mano (Dn.2:21; Rom.13:1); pero estos encumbrados no ven el permiso de Dios, sino que, engañados, se han vendido al postor fraudulento. Sin embargo, es Dios el Soberano, y es Jesucristo quien tiene las llaves del Hades y de la Muerte.

Pero la estrella caída ha recibido por poco tiempo un permiso para manifestar el colmo de su insensatez; se le dará la llave del pozo del abismo (Ap.9:1). El Espíritu Santo que habló por los apóstoles de Cristo, reconoce entonces que el mundo entero yace en el maligno (1Jn.5:19). Por eso al dragón se le llama “el engañador de las naciones” y “el príncipe de la potestad del aire que dirige la corriente del mundo, operando en los hijos de desobediencia” (Ap.12:9; 20:3; Ef.2:2). Los gobernadores de las tinieblas de este siglo son principados y potestades, huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Ef.6:12).

Así que detrás de las diversas manifestaciones del mundo, vemos a un mismo príncipe, el príncipe de este mundo que es el diablo, Satanás (Jn.14:30). Todo lo que no es inspirado por el Espíritu de Dios, proviene de una fuente maligna. Aún el hombre meramente natural está vendido en su naturaleza al maligno desde la caída en el Edén (Rom.7:14-24). Por lo tanto, aunque a la vista el mundo se presenta con variedad de máscaras y colores, detrás está un mismo personaje y un mismo ejército espiritual maligno, cuyo propósito es sustituir a Dios y apoderarse del Reino (Is.14:13, 14; Ezq.28:13-19).

Por eso cuando el Espíritu Santo mostró las visiones de la “civilización” humana al apóstol Juan en la isla de Patmos, por una parte le dejó ver a una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; lo cual simboliza el poder político. Sobre esta bestia se sienta la ramera babilónica, lo cual significa el poder religioso (Ap.17:3). Pero en otra visión, el que aparece con las siete cabezas y los diez cuernos es el mismo dragón (Ap.12:3); mostrándonos así que el reino de este mundo, en lo político y religioso, y el reino espiritual de las tinieblas, son el mismo. Es decir, que uno es la expresión del otro, y el visible es dirigido por el invisible, haciendo patente la intención satánica. Babel es la unificación de la rebelión.

Observando superficialmente al mundo podemos ver los aspectos multicolores y polifacéticos; pero penetrando con el discernimiento detrás de bambalinas, hallamos al mismo pulpo. Es por eso que el mundo será unificado alrededor del anticristo bajo inspiración del dragón, cuyo misterio de iniquidad ya está operando.

Detrás de las mitologías y de las filosofías humanistas vemos la misma mentira de la serpiente. Y detrás de las políticas y negocios del globo vemos a una misma elite vendida, que cual gobierno invisible, manipula las riendas que controlan a diversidad de títeres. El mismo pulpo tiene muchos tentáculos, y a cada uno se lo forra de un color; así atrae a multitudes de incautos, que son de esa manera clasificados para sus propósitos hegemónicos. Con diversas ideologías y negocios recluta marionetas para su función. La propaganda es manipulada, la prensa también; la legislación es infiltrada y los negocios monopolizados; el dinero es controlado. Multinacionales, asociaciones, clubes, células, sectas, logias, sociedades, partidos, sindicatos, fundaciones, organizaciones, etc., son el tipo de red más comúnmente usados para entrelazar la estructura que recluta, acapara y manipula, desde la cúpula, a la multitud de peces incautos.

Aparecen diversos los nombres, y la carnada que oculta al anzuelo es de distintos sabores según la corriente dentro de la que se pesca; pero arriba en la estructura, entre los que tienen “el sartén por el mango”, se efectúan componendas, cuyo fin es poner a los pies del dragón y su hijo de perdición el mundo de los hombres.

Ejércitos de artistas, publicistas, técnicos, espías, sociólogos y hasta psiquiatras, etc., son reclutados a través del dios mamón, para programar la mente de las multitudes a través de la propaganda. Mamón es el dios de las riquezas al que sirven multitudes. El signo pesos ($), símbolo del dinero, era un viejo símbolo de la brujería antigua que significa controlar y flagelar. Las barras paralelas representan control, y el látigo de la S representa flagelación. Isaac Bonovitz, cerebro druida de los Iluminati, ha dicho, según el testimonio del ex-druida Lance Collins, que con ese símbolo controlarían al mundo.

La internacional de las finanzas, la internacional del narcotráfico y la internacional de la guerrilla, están estrechamente hermanadas, como bien lo sabe la cúpula de los hijos de Loyola, a cuyos informes tuvo acceso el nacionalista argentino Kelly, que también lo denuncia. ¿No era acaso el banquero Graivier, tan adicto a los Rockefellers, quien trabajaba con el dinero del grupo guerrillero de los Montoneros? La logia masónica Propaganda 2, cuyo titiritero aparecía como siendo Licio Gelly, ha sido destapada, quizá por su rebelión contra la Comisión Trilateral, y ha sido sindicada, ¿un botón para muestra?, de manejos financieros fraudulentos y asociación mafiosa. La confesión de Michele Sindona hizo temblar a muchos. Kelly acusaba a Kadafy de sustentar la guerrilla a la vez que hacía negocios petroleros con Gelly y relaciones públicas con la familia Carter, más específicamente con Billy, el hermano del presidente norteamericano. A su vez, López Rega, inmiscuido con la misma logia, y todavía según la investigación de Kelly, dirigía la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). De modo que de una misma neurona se extendía la manipulación hacia la izquierda, la derecha y el bajo fondo. Esto, solamente para citar un ejemplo que ilustre como detrás de bambalinas se digitan diversos colores.

Esta táctica de la cúpula nos recuerda algunos pasajes de los espúreos y supuestos protocolos de los llamados ancianos sabios de Sión, con que Hitler, los nazis, y ciertos círculos musulmanes hoy, alimentaron el antisemitismo para el holocausto de millones de víctimas inocentes. No obstante, aunque tales documentos son claramente espúreos, la ficción se alimenta del espíritu de ciertos hechos conocidos; de la misma manera como Maurice Joly, en su novela de ficción, hace dialogar a Maquiavelo y Montesquieu en los mismos infiernos. De tal novela se plagiaron párrafos en los citados espúreos protocolos, que no obstante, a manera de literatura ilustrativa, y hechas las salvaguardias del caso, sirven para conocer la macabra y maquiavélica “inteligencia” que puede moverse dentro de los círculos del poder.

Rezan, pues, ilustrativamente los espúreos protocolos: “Nosotros nos apropiaremos de la fisonomía de todos los partidos, de todas las tendencias...”. Su astucia se aprovecha de la idiosincrasia de los pueblos, como también dice: “Tenemos necesidad de contar con las ideas, los caracteres, las tendencias modernas de los pueblos para no cometer errores en la política y en la administración de los negocios. Nuestro sistema, cuyas partes pueden ser dispuestas diferentemente según los pueblos que encontremos en nuestro camino...”. Vemos, pues, como las ideologías pueden ser manipuladas para reclutar, clasificar y organizar, manipulándose la estructura con sutiles sugerencias, o con órdenes directas, según el caso, desde arriba. Los ingenuos no ven que están siendo manejados hábilmente. También en las negociaciones se puede actuar con hipocresía: “Para alcanzar nuestro fin precisamos dar prueba de gran astucia en el curso de los entendimientos y negociaciones; pero en lo que se ha dado en llamar el “lenguaje oficial”, seguiremos una táctica opuesta, pareciendo honestos y conciliadores. De tal manera, los pueblos y gobiernos a quienes acostumbramos a mirar solamente la cara que les presentamos, una vez más nos tomarán como benefactores y salvadores de la humanidad”.

La manipulación de la prensa juega un papel importantísimo en este tipo de manejos. La cúpula puede mantener variedad de periódicos y revistas desde donde van sugiriendo lo que conviene a sus intereses. Incluso pueden mantenerse periódicos y publicaciones de oposición, con el fin de agrupar, espiar y controlar por su intermedio a la resistencia.

Si echamos un vistazo, ya no a la ficción de los llamados protocolos hecha pasar como auténtica, sino más bien a la realmente conspiradora Comisión Trilateral, a la que Lance Collins y otros identifican en parte con los Iluminati y los Bilderbergers, allí se han visto cual sentados a la mesa del club plutocrático, a grandes managers de la prensa, tales como James F. Hage jr., editor jefe del Chicago Sun Times, Joseph Kraft, colaborador de revistas. También otras importantes publicaciones norteamericanas son inspiradas por el Trilateralismo, tales como Los Ángeles Time, el Times y el Washington Post. Esto, para cubrir Norteamérica. Pero también en Europa vemos a la Comisión Trilateral contar con los servicios nada menos que de la Agencia EFE de Madrid, cuyo presidente L. M. Anson, lo ha sido también de la Federación Nacional de Asociaciones de Prensa. Allí también se ha visto parapetado a M. H. Fisher, quien ha sido editor del Financial Times de Londres. Arrigo Levi, columnista del Times de Londres y de la Stampa de Turín, también ha servido a los intereses hegemónicos del llamado “Mundo Uno”. Otro escritor y periodista notable de Europa que ha estado enredado en los mismos menesteres es Hans W. Maull; también el editor Erik Seidenfoden, director de la Fundación Danesa del Instituto Universitario Internacional de París. Igualmente Theo Sommer, editor jefe de Die Zeit. Jean Philippe Lecot, quien ha sido ministro de cultura y comunicaciones de Francia.

Pero no solo la prensa puede estar digitada conforme a los intereses hegemónicos, también el cine y la televisión. En tales filas se ha tenido, por ejemplo, a Lord Harlech, presidente de Harlech Televisión, además de embajador británico en los Estados Unidos; François de Rose, presidente director general de Societé Nouvelle Puthi Cinema. Pero una de las piezas claves del mismo directorio de la Comisión Trilateral, lo ha sido Egidio Ortona, presidente del Honey Well Information System, además de diplomático. En Japón hemos tenido al viejo comentarista jefe de noticias: Akira Ogata de la Corporación Japan Broadcasting; también Kazuo Oikawa, presidente de la Unión de Trabajadores de las Telecomunicaciones del Japón, perteneciente además al directorio de los sindicatos japoneses; Masahide Shisusawa, director del Seminario Este-Oeste.

Debemos recordar que las intenciones de la Comisión Trilateral, de la que los arriba citados han formado parte, es la consecución de un nuevo orden económico internacional para un gobierno mundial. La prensa juega, pues, un papel importante en la preparación psicológica de las gentes. Por medio de la propaganda, además, se canaliza el consumo del público hacia los productos de los monopolios multinacionales. Incluso, en casos tan aparentemente inocuos como el de la medicina, puede verse que el currículo académico puede ser digitado a favor de las grandes industrias químicas y farmacéuticas, haciéndose la manipulación a través de fundaciones y de asociaciones, cuya cúpula infiltrada puede operar afectando la legislación y sirviendo a los intereses hegemónicos. Un buen ejemplo documentado puede tenerse en el caso del Latril y la vitamina B-17 en el tratamiento del cáncer según la tesis trofoblástica. Los resultados positivos contra el cáncer según esta tesis, y el uso de las mencionadas substancias, han sido perseguidos y tergiversados, porque desmontarían el gran negocio del cáncer, pues, como se ha dicho, son más los que viven del cáncer que los que mueren de él. Buena información al respecto puede obtenerse de los siguientes libros: “Mundo sin Cáncer (la historia de la vitamina B-17” de Edward Griffin; “Historias de casos Latril” del dr. John Richardson; y “El Latril Nitrolisida en la prevención y control del Cáncer” del dr. Ernest T. Krebs jr.

A los intereses hegemónicos de la cúpula no les importaría mentir; por el contrario, la mentira deliberada podría ser utilizada en la manipulación de multitudes, a las cuales se les alimentaría con creencias de transición, para ir derribando las lealtades y soberanías; y luego, sobre las ruinas de la anarquía, se levantarían estructuras universalistas y pretendidamente “mesiánicas”, como ha podido ser el caso de la masónica organización mundial de las naciones unidas tras las guerras mundiales. Siguen ilustrando los espúreos llamados protocolos: “Dejémosles creer en la importancia de las “leyes científicas” que les inculcamos, meras teorías. Es con ese fin que constantemente aumentamos, por medio de nuestra prensa, su confianza ciega en esas “leyes”. La clase intelectual quedará llena de orgullo con esos “conocimientos”, y sin examinarlos lógicamente, pondrá en acción todos los datos de esa “ciencia” reunidos por nuestros agentes para guiar su espíritu por el rumbo que precisamos. No juzguéis nuestras afirmaciones como sin base; reparad en el éxito que supimos crear para el Darwinismo, el Marxismo, el Nietzscheanismo. Por lo menos para nosotros, la influencia deletérea de esas tendencias debe ser evidente.../...Perdieron el hábito de pensar fuera de nuestros “consejos científicos”.../...Es preciso que destruyamos la fe, que arranquemos su espíritu, el mismo principio de la divinidad y del espíritu, a fin de sustituirlo por los cálculos y por las necesidades materiales. Para que su espíritu no tenga tiempo de raciocinar y observar, es necesario distraerlos por la industria y por el comercio. De esa manera, todas las naciones procurarán sus ventajas, y luchando cada una por sus intereses, no notarán al enemigo común. Pero para que la libertad pueda así disgregar y destruir completamente su sociedad, es preciso hacer de la especulación la base de la industria. De esta manera, ninguna de las riquezas que la industria saque de la tierra quedará en las manos de los industriales, sino que serán absorbidas por la especulación; es decir, caerán en nuestros cofres.../... Desde el día que le sugerimos al pueblo la idea de sus propios derechos, consideró a las personas reinantes como simples mortales. La unción divina cayó de la cabeza de los reyes, pues les arrancamos la creencia en Dios; la autoridad pasó para la calle, al logradero público, y nosotros nos apoderamos de ella.../...El capital, para tener libertad de acción, debe obtener el monopolio de la industria y el comercio; que es lo que va realizando nuestra mano invisible en todo el mundo. Esa libertad dará fuerza política a los industriales y el pueblo le será sometido.../...Debemos proteger fuertemente el comercio y la industria, sobre todo la especulación, cuyo papel es servir de contrapeso a la industria. Sin la especulación, la industria multiplicaría los capitales privados, y mejoraría la agricultura, libertando la tierra de las deudas creadas por los bancos rurales. Es necesario que la industria le saque a la tierra el fruto del trabajo así como el del capital, de manera que por la especulación nos de todo el dinero del mundo. Lanzados así a las filas de los proletarios, se inclinarán delante de nosotros para tener al menos el derecho de vivir. Para arruinar su industria, desenvolveremos la especulación y el gusto por el lujo que todo lo devora. Haremos subir los salarios, que no traeerán provecho a los obreros, pues al mismo tiempo encareceremos los géneros de primera necesidad, pregonándoles que se debe a la decadencia de la agropecuaria. Además, hábilmente subvertiremos las fuentes de producción, habituando a los obreros a la anarquía y a las bebidas alcohólicas; recurriendo a todas las medidas para apartar de la tierra a los inteligentes.../...Como propietarios de bienes territoriales, podrían perjudicarnos en la medida de la independencia de sus recursos. Por lo tanto, es necesario arrancarles sus tierras. El mejor medio para eso es aumentar los impuestos sobre los bienes raíces, a fin de endeudar la tierra. Tales medidas mantendrán la propiedad territorial en estado de absoluta sujeción...

Puede, pues, ilustrarnos tal ficción, en el estilo de mafia con que es posible manipular las sociedades, y cuya gloria vergonzosa algunos atribuyen a la Ojrana. Vemos, pues, que las elucubraciones apócrifas pueden tornarse en realidades cotidianas. Debemos, pues, unirnos los cristianos para vigilar y sanear la administración estatal y la legislación, librando, como hace advertir la ficción señalada, a la tierra, e independizándose,  en lo máximo posible, de las redes vampirezcas y aniquiladoras de cualquier laya. Que no se apoye a las estructuras de monopolio, sino más bien a la pequeña industria independiente, a la vez que los cristianos se ayudan mutuamente con sus propios intercambios y cooperativas, sobre los cuales debe velarse para evitar las infiltraciones. No debe permitirse a la legislación que los intereses hegemónicos pongan mano sobre la libertad y cooperación cristianas. Evítese la red crediticia que alimenta dependencias inconvenientes, y evítese también el uso de las nuevas estructuras tendientes a un mayor control.

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por: GINO IAFRANCESCO V.
Bogotá, 1987.

POLÍTICA Y CIENCIA


POLÍTICA Y CIENCIA


La historia de las opiniones llamadas “científicas” es esclarecedora, y está llena de ilustraciones de la manera como el pensamiento de las sociedades es digitado y manipulado en sus rumbos, en aras de intereses más político-económicos que realmente científicos. La nobleza de una ciencia auténtica, independiente y trascendente, es verdaderamente una perla difícil de encontrar.

Sí, la historia está llena de ejemplos que ilustran la fragilidad, parcialidad y sobornabilidad de hombres que han detentado el mote de “luminarias de la civilización”. La historia de la “civilización” ha sido también la historia de los fraudes, de la intolerancia, de la manipulación y de la enajenación de muchas causas nobles.

Afortunadamente podemos también dar gracias a la Providencia Divina por haberse reservado, por gracia, un remanente profético que denuncie las imposturas y encamine de nuevo el pensamiento y sentimiento motor de las sociedades hacia la mayor eficacia y conveniencia de un espíritu más noble, honesto, humilde y dialogante.

El caso de enajenación más a menudo traído de los cabellos y paseado como exhibición en las páginas de la historia, ha sido el de la condenación de Galileo Galilei por diez cardenales a partir de 1615. Sin embargo, la balanza no se inclina exclusivamente en contra de la dogmática romanista medieval; también el llamado liberalismo ha fabricado sus dogmas con intenciones no tan santas ni liberales.

Con el fin de abolir la monarquía inglesa que, según el argumento de los Tories, se sustentaba en el orden divino y natural, los radicales decidieron promover la geología actualista de Lyell, mediante la sociedad geológica que había sido fundada en 1807, compuesta más por políticos que por geólogos. Promovieron, pues, el actualismo geológico en lugar de la geología de modelo catastrofista, la cual, al demostrar las evidencias del Diluvio en los estratos terráqueos, confirmaba las declaraciones bíblicas de inspiración, en las que la monarquía quería sostenerse.

El naturalismo de Juan Jacobo Rousseau tenía la misma intención política liberal, al igual que el ultraliberalismo económico del laissez faire (dejar hacer) de Adam Smith. Erasmo Darwin, Juan Bautista Lamarck, Simón LaPlace, James Hutton y G. P. Scrope se alinearon en el mismo bando político, haciéndole decir a la “ciencia” lo que para la época necesitaba el movimiento liberal.

Para modificar el parlamento era necesario modificar la interpretación geológica, desacreditando la geología diluvialista en que se apoyaba la teología natural de Paley, quien era monarquista. De modo que lo que los monárquicos Tories atribuían a Dios, los liberales atribuían a la mera naturaleza cambiante, con miras a la exclusión de lo divino en los nuevos manejos económicos ultraliberales.

Scrope confesaba la malicia de su satisfacción, en carta a Lyell en 1831, ya que el actualismo geológico de éste último favorecía la causa del parlamentarismo liberal. LLegado Scrope al poder, los catastrofistas se vieron en dificultades para publicar sus investigaciones. El actualismo paulatinamente asimiló los datos del catastrofismo, reinterpretándolos, pero manteniendo una política excluyente, como se demostró, por ejemplo, en el caso de soslayar los trabajos del catastrofista Velikovsky. Para más detalles a este respecto, puede consultarse el trabajo de Jorge Grinnell: “Orígenes de la Moderna Teoría Geológica”.

Pero, a su vez, el liberalismo no era la meta final de los titiriteros de la política de la época. El liberalismo sería apenas una etapa de transición que permitiría derribar las viejas instituciones, hasta obligar, con el caos resultante, a entregar el poder a una nueva fuerza globalista emergente, de signo anticristiano y de otro carís, que se levantaría de las ruinas del Occidente llamado cristiano. Lo que se buscaba no era el liberalismo en sí, sino la ruina estratégica que pudiera derivarse de él. De modo que era necesario combinarlo en la escena internacional con otras corrientes devastadoras y de choque, como la revolución violenta y la anarquía existencialista.

No resulta, pues, extraño encontrar en aquella famosa ficción literaria, en que la influencia de fondo algunos investigadores atribuyen a Ascher Ginsberg, y otros a la Ojrana o la policía secreta del Zar, párrafos de intención donde reza lo siguiente, en relación a la promoción de cosmovisiones desmoralizantes necesarias a las políticas de transición:
     “Que sigan creyendo que todas esas leyes teóricas que les hemos inspirado son de suprema
          importancia. Con estas ideas en perspectiva y el concurso de nuestra prensa, les haremos
          aumentar la confianza ciega que tienen en sus leyes. Lo más florido de su inteligencia se
          enorgullecerá de su “ciencia” y sin ninguna comprobación la pondrá en práctica, tal como
          la hayan presentado nuestros agentes, para formar sus ingenios en las ideas que nosotros
          deseamos. No creáis que nuestros asertos son palabras sin fundamento alguno. Considerad
          los triunfos de Darwin, Marx y Nietzsche preparados por nosotros. El efecto desmoralizador
          de sus doctrinas en su imaginación, no nos ha pasado desapercibido...”

Este tipo de programas, como el de la ficción citada, como es evidente, da fundamental importancia a la manipulación de la educación. La vertiente hermética acostumbra fraguar tales cristalizaciones. La propaganda antisemita del tipo de Henry Ford, E. Jouin y José María Caro acusa a la cúpula que digita al B’nay B’rith, a la cual, entre los disidentes contemporáneos, John Todd y los que le han seguido, sindican como a uno de los brazos fuertes de la sociedad luciferiana de los Iluminati.  

Otra cristalización tentacular parece haber sido el Movimiento Sinarquista, cuyo titiritero en Francia fue el suicida Jean Coutrot. La vertiente hermética que floreció en el llamado Martinismo (de Martínez Pascualis), se proyectó en el Sinarquismo Tecnocrático, tan bien estudiado y denunciado por uno de los mejores conocedores de los entretelones de la política internacional francesa: Henri Coston. Uno de los brazos franceses de este Movimiento Sinarquista fue el “Centro para Estudios Humanos” dirigido por el referido J. Coutrot, al que estaba vinculado el famosísimo descendiente consanguíneo de Voltaire: Pierre Teilhard de Chardin, quien con fondos de las fundaciones Rockefeller y Carnegie, también acusados por Todd y otros de estar vinculados a los Iluminati, tomó parte activa en los muy conocidos fraudes de los fraguados “hombres-monos” de Piltdown, Pekín, Java, etc., cuya naturaleza fraudulenta, y según algunos, con la connivencia cómplice del mismísimo Museo Británico, ha sido clarísimamente demostrada por variados autores, como: J. S. Weiner, H. Morris, L. Leakey, J. M. Douglas, L. B. Halstead, R. Essex, etc. Para una relación y examen crítico de los acontecimientos en este respecto, recomendamos la obra de Malcolm Bowden: “Los Hombres-Simios, ¿realidad o ficción?”.

Las denuncias acerca de las manipulaciones de teorías de apariencia científica con fines políticos, no son patrimonio exclusivo de las corrientes antisemitas; pues la “historia” da cuenta también de tales manipulaciones entre la vertiente esotérica de los nazis, ligada, según algunos, mediante la Orden de Thule, igualmente a la sociedad luciferiana de los Iluminati. Un correo y vínculo conocido de la Orden Thulense y la Golden Down iluminati ha sido sindicado por algunos el nazi Rudolf Hess que se suicidó en Spandau. Pues bien, según algunos testimonios, el gobierno de Hitler intimidó y forzó a los científicos bajo su órbita a formar filas bajo las teorías pseudo-científicas de Hans Horbiger. En relación, pues, a los vínculos esotéricos de Hitler, pueden verse, por ejemplo, los trabajos: “Hitler, juguete de los brujos” de A. Rosemblueth; “El Retorno de los brujos” de L. Powels y J. Bergier; “Auge y caída del tercer Reich” de W. Shirer; “Los siete hombres de Spandau” de J. Fishman; “Adolfo Hitler” de C. Huden; “Hitler sin máscara” de R. Callic; “Hitler me lo dijo” de H. Rauschning; “Los últimos días de Hitler” de T. Hoper; “Los magos que guiaron a Hitler” de R. G. Maison; etc.

La vertiente esotérica que alimentó al nazismo, floreció en filosofías antirevelacionistas como las de Nietzsche y Heidegger, raíces existencialistas del modernismo que desilusionaron a Karl Barth, cuya dogmática ha superado Berckower en ortodoxia.

Tras las dos guerras mundiales, preparadas, según algunos, de antemano por Mazini, heredero de Adam Weishaupt en el liderazgo pro-Rothschild de los Ilumiunati, las multinacionales de la banca y la petroquímica, hoy reunidas por Zbigniew Brzezinski en la Comisión Trilateral, tomaron en sus manos el liderazgo de la manipulación de la educación, incluso en los aspectos médicos y farmacéuticos, como documentadamente bien lo revelan las investigaciones de Edward Griffin.

Y ¿para qué explayarse más en los conocidos casos de manipulación psiquiátrica que se ha hecho a los disidentes del régimen soviético de la Nomenklatura? Pues hasta los enemigos aparentemente irreconciliables, se ponen de acuerdo contra Cristo.

Rendirse, pues, ingenuamente ante la vaca sagrada del pretendido cientificismo moderno, es hacer un acto de fe ciega realmente anticientífica, y es dejarse conducir como borrego por las sutiles políticas del globalismo anticristiano que no ha cesado en sus esfuerzos hegemónicos por conquistar al mundo para el hijo predilecto de Lucifer.□

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©Bogotá, 1988. Gino Iafrancesco V.

ÍNDICE DE LECTURAS SELECTAS SOBRE GEOLOGÍA, ESTRATIGRAFÍA Y PALEONTOLOGÍA



ÍNDICE DE LECTURAS SELECTAS SOBRE
GEOLOGÍA, ESTRATIGRAFÍA Y PALEONTOLOGÍA


Harold W. Clark M.A.
PALEOECOLOGÍA Y EL DILUVIO.
Artículo #4 de “Los Fósiles y el Diluvio”, pgs 113-126 del tomo XII de la colección “Creación y Ciencia” (en 15 tomos).

Douglas E. Cox
EFECTOS DEL DILUVIO EN EL CUATERNARIO.
Artículo #7 de “Anegado en Agua”, volumen 2, pgs 159-192 del tomo XIV de la colección “Creación y Ciencia” (en 15 tomos).

Roger Dickson
EL REGISTRO PALEONTOLÓGICO.
Pgs 238-241 del cap. 13 de un Manual de Evidencias...

Roger Dickson
EL REGISTRO GEOLÓGICO.
Pgs 242-244 del cap. 13 de Ibid.

Santiago Escuain
LAS DISCONTINUIDADES DEL REGISTRO FÓSIL.
Artículo #5 de “Creación, Evolución y el Registro Fósil”, pgs 91-99 del tomo I de la colección “Creación y Ciencia” (en 15 tomos).

Duane T. Gish Ph.D.
CREACIÓN, EVOLUCIÓN Y LA EVIDENCIA HISTÓRICA.
Artículo #1 de Ibid, pgs 13-60 de Ibid.

Gino Iafrancesco V.
EL CÍRCULO VICIOSO DE LA PALEONTOLOGÍA.
Artículo #7 de “Hechos en la Ciencia y la Cultura”.

Gino Iafrancesco V.
POLÍTICA Y CIENCIA.
Artículo #8 de Ibid.

Henry Morris Ph.D., Dr. en Hidrología
¿ACTUALISMO O DILUVIALISMO?
Cap. 2 de “Geología”, pgs 31-87 del tomo II de la colección “Creación y Ciencia” (en 15 tomos).

Henry Morris Ph.D., Dr. en Hidrología
EL CATASTROFISMO EN ALZA.
Artículo #3 de “Anegado en Agua”, volumen 1, pgs 23-37 del tomo XIII de Ibid.

Henry Morris Ph.D., Dr. en Hidrología
RAZONAMIENTOS CIRCULARES EN LA GEOLOGÍA EVOLUCIONISTA.
Artículo #4 de Ibid, pgs 39-48 de Ibid.

Henry Morris Ph.D., Dr. en Hidrología
SEDIMENTACIÓN Y REGISTRO FÓSIL.
Cap. 3 de “Geología”, pgs 88-129 del tomo II de la colección “Creación y Ciencia” (en 15 tomos).

Henry Morris Ph.D., Dr. en Hidrología, y John Whitcomb
LA GEOLOGÍA MODERNA Y EL DILUVIO.
Cap. 5 de “El Diluvio de Génesis”, pgs 217-354.

Hebden Taylor
LA EVIDENCIA PALEONTOLÓGICA CONTRA LA TEORÍA GENERAL DE LA EVOLUCIÓN.
Cap. 3 de “¿Evolución o reformación en la Biología?”, pgs 71-77.

David C. Watson
LA GEOLOGÍA MODERNA Y EL DILUVIO.
Cap. 12 de “El Gran fraude Intelectual”, pgs 85-92.

David C. Watson
LA CATÁSTROFE LO CUBRE TODO.
Cap. 13 de Ibid, pgs 93-100.

John Whitcomb
LOS EFECTOS DEL DILUVIO PUEDEN VERSE EN LA ACTUALIDAD.
Cap. 3 de “El Mundo que pereció”, pgs 63-89.

John Woodmorape
UNA INTERPRETACIÓN DILUVIAL DE LA ANTIGUA SEDIMENTACIÓN CÍCLICA.
Artículo #3 de “Anegado en Agua”, volumen 2, pgs 27-102 del tomo XIV de la colección “Creación y Ciencia” (en 15 tomos).

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Gino Iafrancesco V., Bogotá, 1999.

jueves, 17 de febrero de 2011

EXÉGESIS DE "AL PRINCIPIO" I:1a.


AL PRINCIPIO
I
RELACI0NES
DE LOS CIELOS Y LA TIERRA

Comentario Exegético.-


I:1   “Al principio creó Elohim a los cielos y a la tierra”.

Al principio...”. Así comienzan las Sagradas Escrituras, el Antiguo Testamento, la Torá, el Pentateuco, B’reshit, el Génesis; así comienza también el Evangelio según el apóstol Juan en el Nuevo Testamento.[167] 
Al comenzar la presente Relación con la expresión “Al principio...”, y seguirla con “...creó...”, antes del nombre genérico divino “Elohim”, podemos darnos cuenta de que la divina revelación se dirige al hombre apelando primeramente al testimonio divino mediante la naturaleza y las obras creadas. La condescendencia de Dios con el hombre caído, al cual ahora se dirige, si tenemos de antemano en cuenta la suma de la Palabra, hace que antes de comenzar con “Elohim” mismo, que es el verdadero Principio, comience con las primeras credenciales que conducirían a Él. Si hay creación y principio, ¿a Quién se deben? Por lo tanto, las expresiones “principio” y “creó” implican la tercera, (teomática divina), “Elohim”. Es lo que inspiradamente sostiene el apóstol Pablo en su epístola a los romanos: “... Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de Él, Su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Rom.1:19,20). Dios apela, pues, al entendimiento innato de los hombres.  

Al principio...” significa que antes de todas las cosas simplemente era Elohim, quien dio inicio a la existencia real de todas las cosas en el tiempo. También significa que Elohim dio comienzo al mismo tiempo de las cosas creadas. Antes, aparte de Elohim, no existía nada, ni el tiempo, sino tan solo la eternidad del mismo Elohim. Esto significa que Elohim es trascendente, anterior, superior y ulterior a todas las cosas; distinto esencialmente de todas ellas. Todo a Él se debe. Elohim es el origen y el sentido de todas las cosas. Esta revelación divina desautoriza, pues, toda hipótesis acerca de la eternidad de la materia; desautoriza también todo tipo de panteísmo; por lo tanto, también todo tipo de emanatismo o emanacionismo. Aquí quedan sentenciados desde un mismo principio el cabalismo, el hermetismo y el gnosticismo, tanto como el materialismo dialéctico y su abuelo, el idealismo absoluto[168]. Igualmente queda desautorizado el dualismo que pretende dos principios eternos: el del bien y el del mal, tan inmiscuido en las religiones orientales, etapa estratégica del satanismo, que al pretender diluir a Dios en el panteísmo y llamar al todo creado de “Dios”, luego asume el mal en ese todo como si fuera divino y expresado en Lucifer. Fue allí donde también tropezó Karl Gustav Jung[169]. Tal incorporación del mal incluido en el todo panteísta, ya había sido bien expresada en el Bagavad Gita del Mahabharata[170].          





[167]  Al igual que Moisés en Génesis, también el apóstol Juan en su evangelio comienza de la misma manera. El apóstol Juan, de todos los evangelistas canónicos, es el apóstol con mayor autoridad; es el tercero en la lista de los Doce apóstoles; en cambio Mateo es el séptimo en tal lista. Juan pertenecía al trío más íntimo del círculo apostólico de Jesucristo; y fue escogido por el Señor Jesús para sobrevivir como testigo apostólico ocular de Su gesta, más allá que los demás apóstoles fundadores. Marcos y Lucas no pertenecieron al grupo de los Doce. En su evangelio, Juan comienza desde la eternidad; en cambio Mateo apenas desde la genealogía de Jesucristo a partir de Abraham; Lucas desde Adam, y como Mateo, desde el nacimiento del Mesías; Marcos apenas desde Juan bautista. También, respecto del ministerio de Jesucristo, los tres evangelistas sinópticos comienzan desde Galilea; en cambio Juan retrocede hasta Judea. Mateo le presenta al Mesías como Rey, Marcos como Siervo, Lucas como el Hijo del Hombre; pero es principalmente Juan quien le presenta como el Divino Hijo de Dios. También Juan aclara y complementa acontecimientos, que con solo los Sinópticos permanecerían un poco confusos. Así, sobre su esquema se pueden entender mejor los otros testimonios, como es el caso, por ejemplo, del trienio del ministerio de Jesucristo. Por lo tanto, Juan debiera ser, no solo en lo cronológico, sino principalmente en lo temático, el primero en la lista de los evangelios y el primer libro del Nuevo Testamento. Es el evangelio de lo Interior que debe preceder a lo exterior.  Compréndase, pues, porqué Juan comienza su evangelio (y el Nuevo Testamento) de la misma manera como Moisés comenzó el Génesis y el Antiguo Testamento. Juan es como el Arca del Pacto en el Lugar Santísimo, Mateo como el Altar del Incienso frente al velo, Marcos como la Mesa de los Panes de la Proposición, y Lucas como el Candelero, que en su Segundo Tratado (Hechos) trata de las iglesias. Marcos fue colaborador apostólico de Pedro a los de la Circuncisión, y de Pablo a los Gentiles; Lucas fue colaborador de Pablo a los Gentiles, siendo él mismo gentil; por lo tanto Lucas viene después de Marcos; además de que no conviene separar sus tratados.  Esa es la razón por la que en una edición del Nuevo Testamento yo los ordenaría así: Juan, Mateo, Marcos, Lucas, Hechos, Santiago, 1 y 2 Pedro, 1, 2 y 3 Juan, Judas, Pablo (Gálatas, 1° y 2° Tesalonicenses, 1° y 2° Corintios, Romanos, Filipenses, Efesios, Colosenses, Filemón, Tito, 1° y 2° Timoteo), Hebreos, Apocalipsis. Antes que a Pablo es necesario colocar a los que fueron columnas antes que él (Jacobo, Cefas y Juan), y a quienes debería visitar Pablo por orden divina y exponerles en privado lo que predicaba. Igualmente, el orden de la colección paulina reconocida por Pedro (2Pd.3:15,16) es provechoso tenerlo en orden cronológico. Hebreos debe más bien atribuirse a Lucas, que pensaba como Pablo, por ser uno de sus compañeros más cercanos, pero escribía en koiné culto semejante al de las expresiones del Evangelio según Lucas y los Hechos de los Apóstoles. Éste último tratado termina con Pablo y Lucas en Roma, al igual que Hebreos, y según el testamento de Pablo (2° Timoteo 4:11) solo Lucas estaba con él. Por lo tanto, lo más probable es que el tratado (así llamado en Hb.13:22 gr.) Hebreos hubiera sido escrito por Lucas. Por su parte, Apocalipsis es el libro que culmina todas las Sagradas Escrituras; por lo tanto, su posición de cierre es la más conveniente. Téngase aquí presente que el ordenamiento de los libros del Nuevo Testamento no aparece siempre el mismo en sus diversas ediciones a lo largo de la historia según las diversas modalidades de la tradición. Conviene, pues, atender a los criterios cronológico y temático combinados, antes que al criterio oriental basado en la extensión, tal cual se da también desgraciadamente en el Korán, que no ordena los suras cronológica ni temáticamente, sino según su extensión, dificultando así la comprensión global.        

[168] Recordemos que Karl Marx se basó en Feuerbach, y los dos en Hegel,  quien a su vez aprendió de Christopher Besold en Tubingia. 

[169] Karl Gustav Jung, Misterium Coniunctionis. No resulta, pues, extraño que, como lo sostiene William Schnoebelen, viejo satanista luego convertido al Cristianismo, en su obra Lucifer destronado, los satanistas inician a sus adeptos con las lecturas de Jung. No son exageradas las denuncias del Larouchismo (Las sectas satánicas que quieren destruir a la civilización occidental, de E. Hellenbroich), de los esposos Bobgan (Psicoherejía, el legado de C. G. Jung a la Iglesia), y de Richard Noll (El Culto Jung  y  Jung, el Cristo Ario), al respecto del ocultismo de Jung. Éste último se cobijaba bajo el nombre del gnóstico Basílides  en sus “Siete sermones a los muertos”. Jung era adepto de Abraxas como de una deidad que incorporaba en sí al bien y al mal. El ex-satanista Eduardo Mastral, en su libro Hijo del fuego, relata como él mismo fue poseído por este príncipe demoníaco.  

[170]  A pesar de que exteriormente el texto parece desmerecer el mal, no obstante, en las implicaciones profundas de las palabras de Krishna a Arjuna, lo denunciado acontece.

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Gino Iafrancesco V., 2005 Bogotá D.C., Colombia. Este capítulo parcial pertenece al libro "Al Principio", primer toledot (2): exégesis.

EL CÍRCULO VICIOSO DE LA PALEONTOLOGÍA


EL CÍRCULO VICIOSO DE
LA PALEONTOLOGÍA



HERMENÉUTICA CIRCULAR.-

La paleontología, que se ocupa de la interpretación de los registros fósiles en los estratos geológicos, se enfrenta a un hecho que subyace  en su hermenéutica aplicada. Se trata de su lectura de los fósiles en círculo vicioso; es decir, que su caso consiste en interpretar la cronología estratigráfica geológica en base al registro fósil, mientras que por otra parte la biología asigna la cronología al registro fósil en base a la interpretación cronológica de los estratos geológicos.

La edad auténtica de los fósiles es la que resulta en juego en esta hermenéutica circular. Por otra parte, también queda en juego la relación de los fósiles entre sí, y mucho más, cuando al caso se le suman otros factores, tales como la poliestratía de numerosos fósiles y el “desorden” estratigráfico de muchos lechos sedimentarios. Usamos aquí la palabra “desorden” relativamente; es decir, apenas en relación a la interpretación evolucionaria y actualista de los estratos geológicos, los cuales, en variadas ocasiones, se presentan en sucesiones que resultan inesperadas para la preconcepción interpretativa.


SEDIMENTACIÓN CATACLÍSMICA.-

Rupke, el geólogo holandés, ha documentado con bastante suficiencia en sus “Prolegómenos a un Estudio de la Sedimentación Cataclísmica”, el caso de los fósiles poliestráticos; es decir, que ocupan varios estratos. Por otra parte, las “mezclas” estratigráficas son evidentes en muchos lugares del globo, según lo señalan, por ejemplo, los estudios del Monte Heart de Wyoming, de los Montes Jura entre Francia y Suiza, de las Montañas Rocosas Canadienses, del Monte Chief, del Monte Cervino, y de otros lugares de Inglaterra, del Asia y de Sudamérica. En todas estas partes, y en muchas otras, la escala estratigráfica preconcebida por la interpretación geológica actualista, ha quedado hecha un caos.


EL DIAGRAMA TRADICIONAL.-

El diagrama tradicional es más o menos como sigue:
Comienza la escala ascendente con la llamada Era Arqueozoica, en sus respectivos períodos Keewatino y Timiskomingano, seguida de la llamada Era Proterozoica, en sus respectivos períodos Huroniano y Keweenawano, seguida de la llamada Era Paleozoica, en sus respectivos períodos Cámbrico, Ordovídico, Silúrico, Devónico, Misisipiano, Pensilvánico y Pérmico, seguida de la llamada Era Mesozoica, en sus respectivos períodos Triásico, Jurásico y Cretáceo, seguida de la llamada Era Cenozoica, en sus respectivos períodos últimos: el Terciario con sus llamadas épocas Paleocena, Eocena, Oligocena, Miocena y Pliocena, seguido del período Cuaternario con sus épocas Pleistocena y Reciente.


SU CADUCIDAD.-

Este diagrama está, sin embargo, grandemente “desordenado” en muchos lugares del mundo. Por ejemplo, en ciertos lugares de Inglaterra aparece el estrato Cretáceo mezclado con el Pleistoceno en un depósito sedimentario normal. En el Monte Chief el estrato Pre-Cámbrico descansa naturalmente sobre el estrato Cretáceo; lo mismo sucede en el mal llamado “Cabalgamiento” Lewis de Montana. El estudio del Monte Heart mostró entre-mezclados estratos Misisipianos, Ordovídicos, Devónicos y Eocenos. Junto a estos “desórdenes”, el estudio muestra la ausencia de esperados estratos intermedios. Los Alpes también están “desordenados”. Quizá más desordenada está la interpretación geológica actualista. Por ejemplo, en el Pico Mythen, el Eoceno está debajo del Jurásico y del Triásico, y el Cretáceo está sobre todos.

Recordemos que hay lugares donde un mismo cementerio fósil, evidentemente formado en un mismo tiempo catastrófico, aparece, sin embargo, atravesando muchos estratos. Y pensar que es en esta “desordenada” pizarra donde el paleontólogo tiene que intentar leer su presupuesta cronología hecha un caos. Debido a la selección hidrodinámica, y a la más prolongada supervivencia de las especies superiores, la sedimentación rápida inmediata a la Catástrofe Diluviana y otras catástrofes, estableció, en medio de accidentes, un relativo “orden” en los estratos, en base al cual, la mentalidad darwiniana supuso un proceso evolucionario que, sin embargo, también aparece truncado en el registro fósil de los estratos, pues las formas fósiles complejas aparecen en el registro, de repente, sin antecesores inmediatos.


INTERPRETACIONES A PRIORI.-

Con la hipótesis evolucionaria en mente, se aplicó a priori una clasificación cronológica, asignando a los estratos el tiempo según los fósiles. Es decir, se suponía cuánto tiempo necesitaría una especie para evolucionar en otra, y así se le asignaba al estrato una fecha aproximada en relación a sus fósiles más abundantes. Fue, pues, con tal filosofía subyacente, que se formuló la cronología estratigráfica. Las variadas interpretaciones de la datación radiométrica procuraban ajustarse a la tabla de los estratos. Aceptada, aunque no uniformemente, la tal “cronología”, y tenida por probablemente cierta, ahora la biología, como ya decíamos arriba, fechaba los nuevos hallazgos fósiles, según la fecha presupuesta para el estrato. Es, pues, evidente el círculo vicioso. También lo es el caos que supone la realidad estratigráfica de la corteza terrestre frente a la tabla cronológica interpretativa del actualismo.


LA IMAGINACIÓN TRAS EL CÍRCULO VICIOSO.-

De modo que podemos ver que la imaginación es la que ha jugado un papel preponderante en esa hermenéutica paleontológica. La principal “evidencia” que suele presentar el evolucionismo, es el registro fósil; al que comprende mejor el modelo catastrofista. Sin embargo, el registro fósil es interpretado por el actualismo, asumiendo a priori tal evolución; con lo cual la paleontología ha diagramado su más popular cronología.

La paleontología pretende, a su vez, apoyarse en la geología; pero la verdad es que aquella es la que le da a ésta su interpretación cronológica; por supuesto, endeble, debido a la realidad estratigráfica. No obstante, con esa insuficiente interpretación selectiva y prejuiciada de la corteza terrestre, es con la que se pretende sostener la paleontología actualista, único pilar, dizque firme, de la visión darwiniana, sobre la que el materialismo dialéctico ha escogido sentar sus reales.

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© Gino Iafrancesco V., Bogotá, 1987.

EL TRASFONDO SAGRADO DE LA VERDADERA EPISTEMOLOGÍA


EL TRASFONDO SAGRADO DE 
LA VERDADERA EPISTEMOLOGÍA[1]



El científico, antes de ser científico, es ante todo hombre; y la integralidad humana prevalece sobre la especificidad cientista.  El conocimiento per se no es la meta suficiente del hombre, sino apenas una herramienta auxiliar del hombre en relación al resto de la integridad de su ser, de su sentido, de su destino y de su contexto íntegro.
La existencia de la voluntad en el hombre, del albedrío, de la responsabilidad, por ejemplo, condicionan el ámbito del cientismo humano.  El hombre conoce mediante su integridad y la totalidad de su experiencia, y no meramente mediante el análisis lógico.  El reduccionismo simplemente aísla algunos factores del resto de los demás y de la realidad e influencia de éstos en el contexto holístico.


El desinterés de Karl Popper por las cuestiones de hecho, y su énfasis sobre la justificación y validez de un enunciado,[2] olvidan los presupuestos subyacentes humanos que anteceden a la necesidad de los conceptos mismos de justificación y validez. ¿En base a qué pretende el hombre justificar o no, declarar válido o inválido un enunciado? ¿Acaso la lógica no descansa necesariamente en la ética?  No puede divorciarse la lógica de la ética, ni la ética de su razón de ser, ni de lo categórico de su mandato, en el lenguaje kantiano.[3]
La distinción popperiana entre la investigación lógica de los métodos y resultados de un examen meramente lógico, por un lado,  y el proceso de concepción de una idea equis, por otro, facilita la trampa de que la lógica pretenda poder desentenderse de la condición que estructura un enunciado; y así Karl Popper y sus seguidores reducen voluntariamente el campo del conocimiento de las evidencias de tipo esencial que se revelan en la necesidad de una concepción, y de tipo existencial que se revelan en el método y los instrumentos escogidos y en el edificio de la justificación conceptual.
Cuando la mera lógica, sin su sustrato ético y sin el sustrato necesario a la ética, pretende a motu propio y sin justificación, constituirse antropocéntrica y humanísticamente en árbitro que determina la validez de un enunciado antes de que éste se pueda sostener seriamente, está descalificando a priori e injustificadamen­te una gran cantidad de hechos dados.
Lo dado se impone a la lógica y la desafía; ésta no puede deshacerse de lo dado, sino que debe acatarlo seriamente en su integridad, no importa su índole ni su tipo.  La psicología de una concepción, y la esencia tras ella revelada, demandan el respeto de la lógica.  Neciamente se puede hablar de contrastaciones sistemáti­cas, si para esas contrastaciones se prescinde de la psicología de la concepción, y de la esencia tras ella revelada.
Ante la negativa de Karl Popper de aceptar la tarea de com­prender el proceso, y su razón de ser, de una reconstrucción racional, como si esto no perteneciese a la lógica del conocimiento, hemos de decir que a la lógica del conocimiento se antepone el requisito del conocimiento de la lógica y sus concomitancias.


Es el conocimiento de la lógica y sus concomitancias, parte de la materia propia de la epistemología; pues una lógica del conoci­miento sin el conocimiento de la lógica y sus concomitancias, no califica aún para una epistemología verdaderamente científica e integral, no reduccionista.  Y para que un conocimiento de la lógica y sus concomitancias sea tal, es imprescindible el acatamiento holístico a toda la realidad dada sin reduccionismos, y a las posibilidades de más allá.
Las tareas de la lógica, y las de la psicología empírica, junto con muchas otras, pertenecen todas conjuntamente a la integralidad humana y al verdadero conocimiento integrado.  Por esa razón, Bergson y Einstein hubieron de reconocer el ámbito al que llamaron intuición, y que Karl Popper considera un elemento irracional del que se puede independizar, pues opina que tal ámbito no es reconstruible lógicamente.  Y eso se debe a su definición de la lógica en vacío, sin su contexto integral humano.
Pero sería más ético y más científicamente integrado, integrar la intuición y la ética en el campo de la epistemología, de la teoría del conocimiento, pues todo lo dado requiere lógicamente una inclusión.  De otra manera el conocimiento no sería tal.  El ser reclama integración.  Es una falacia hablar de una lógica desvincu­lada del ser.  La lógica es una función concomitante del ser.  La lógica no se puede independizar del ser, ni el verdadero conoci­miento de la integración de la vida y de lo dado.
La “esquizofrenia” del divorcio Lógica-Realidad no conduce a una verdadera ciencia, sino a una confinación innecesaria, inconveniente, reduccionista, no ética, y por lo tanto inmoral y no realmente científica.  Es una huida culpable; el escondite de Adam.  Es apenas un capricho y una injusticia.  Equivale, digamos, a una ceguera voluntaria.
Las justificaciones finales de un proceso lógico descansan en un requerimiento ético, que a su vez revela una intuición que se hace certeza; lo cual, por su parte, revela uno u otro aspecto de la esencia de la naturaleza humana integral, y su contexto también integral.


La diferenciación de ciencia y tautología, no es simplemente lógica, sino también ética.  Los mismos procedimientos popperia­nos que Karl Popper quiere meramente deductivos, y en nada inductivos, revelan la psicología de una exigencia ética inductora que antecede como fiscal al examen lógico.  Si se reconoce su antecedencia, se percibirá que lo obligatorio de las deducciones revela un sustrato fideísta.  El celo se levantaría religiosamente contra un comportamiento no ético que desconozca injustificada­mente la lógica de los enunciados.
Es entonces cuando la conciencia y la responsabilidad se imponen a la lógica. O digámoslo mejor, se reconocen ineludible­mente hermanas, en nada independientes.  Su última esperanza de justicia es de carácter religioso.  Es entonces cuando lo sagrado se revela cual guardián inductivo de la lógica, de la ética, y de todo lo humano.  No sería posible la verdadera ciencia y la verdadera epistemología sin el trasfondo de lo sagrado.



[1]Escrito en la localidad de Teusaquillo, Bogotá, D. C. - Colombia, América del Sur, noviembre 2 del año 2000.
[2]Karl Popper, La Lógica de la Investigación Científica.
[3]Emanuel Kant: “Crítica de la razón práctica”.

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Gino Iafrancesco V., año 2000, Bogotá D.E., Colombia.